Un
soldado de la autoridad civil tiene que ser enseñado a no matar a ningún hombre
y rehusar matar si se le ordena hacerlo, y también rehusar prestar el
juramento. Si no está dispuesto a cumplir con esto, tiene que ser rechazado
[para el bautismo]. Un comandante militar o un magistrado civil que se viste de
púrpura tienen que renunciar o ser rechazado. Si un candidato para el bautismo
o un creyente procura hacerse soldado, tiene que ser rechazado, porque ha
despreciado a Dios… (Hipólito 170-236 d.C.)
¿Cómo
pudiera el que es fiel mostrarse infiel, exigiendo un juramento? . . .Porque ni
siquiera él mismo jura, sino afirma por decir ‘sí’, o niega por decir ‘no’ (Clemente
de Alejandría 195 d.C.)
Nada
tengo que decir contra el perjurar, ya que según nuestra ley ni juramos… (Tertuliano
197 d.C.)
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