sábado, 11 de abril de 2015

Méritos de los cristianos


Por el contrario, cada uno camina, según el mérito de sus acciones, hacia el castigo o hacia la salvación eterna. Si todos los hombres fuesen conscientes de esto, nadie escogería la maldad por un momento, sabiendo que así emprendía la marcha hacia su condena eterna en el fuego, sino que por todos los medios se contendría y se adornaría con las virtudes, para alcanzar los bienes de Dios y verse libre de la pena. (Justino Mártir 160 d.C.)  

Este es el Padre de nuestro Señor, por cuya providencia todo sucede, y que administra todas las cosas con su mandato. Da gratuitamente a quien conviene, distribuye los dones según los méritos, y castiga con justicia a los ingratos insensibles a su benignidad. (Ireneo 180 d.C.)  

Como enseñan los Presbíteros, quienes fueren dignos de morar en los cielos, entrarán en ellos; otros gozarán de las delicias del paraíso; otros poseerán el esplendor de la ciudad; pero en todas partes verán a Dios, según la medida en que fueren dignos de contemplarlo. Habrá una diferencia en la habitación de aquellos que hayan fructificado el ciento por uno, el sesenta o el treinta (Mateo 13:8): unos serán llevados al cielo, otros se detendrán en el paraíso y los terceros habitarán la ciudad. Por eso dijo el Señor que en la casa de su Padre hay muchas moradas (Juan 14:2). Todo pertenece a Dios, quien prepara a cada cual su habitación adecuada, como dijo su Verbo, que el Padre las distribuye a todos según los méritos de cada uno. Este es el salón de fiesta en el cual tomarán su lugar y se regocijarán todos los invitados a las bodas… (Ireneo 180 d.C.)  

Les mandó predicar también como acabado este siglo han de resucitar todos los muertos del mundo, reuniéndose a los mismos cuerpos las almas, cuyos méritos se han de liquidar con riguroso examen, premiando a los honradores de Dios con vida eterna, y castigando a los profanos con fuego eterno y continuo. (Tertuliano 197 d.C.)  

Nuestro Dios que una vez destinó día fijo para juzgar a los hombres cuando el mundo se acabare, no precipita anticipadamente el distinguir las personas antes que se acabe; que el discernir entre los méritos de las personas, es condición aneja al acto judicial… (Tertuliano 197 d.C.)  

Ciertamente creemos que los méritos de los mártires y las obras de los justos tienen mucho poder ante este juez: pero esto será cuando venga el día del juicio, cuando después del ocaso de este mundo su pueblo se presente ante su tribunal… (Cipriano 250 d.C.)

 

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