Al
Padre de todas las cosas no se le puede imponer nombre alguno, pues es (no
engendrado). Porque todo ser al que se impone un nombre, presupone otro más
antiguo que él que se lo imponga. Los nombres de Padre, Dios. Creador. Señor,
Dueño, no son propiamente nombres, sino apelaciones tomadas de sus beneficios y
de sus obras. (Justino Mártir 160 d.C.)
Alejandro
en todo el tiempo que duró el martirio no pronunció una palabra ni exhaló un
gemido, sino que estuvo abstraído en Dios… Y como los gentiles le preguntasen
por el nombre de Dios, contestó: "Dios no tiene un nombre como nosotros
los mortales". (Los mártires de Lyon 177 d.C.)
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