domingo, 30 de agosto de 2015

Milenio


He aquí que el día del Señor será como mil años. Por lo tanto, hijos, en seis días, es decir, en los seis mil años, se consumarán todas las cosas. Y descansó en el día séptimo. Esto quiere decir: Cuando venga su hijo y destruya el siglo del inicuo y juzgue a los impíos y mudare el sol, la luna y las estrellas, entonces descansará de verdad en el día séptimo. (Bernabé - 150 d.C.)  

Entre esas fábulas hay que contar no sé qué milenario de años que dice ha de venir después de la resurrección de entre los muertos y que el reino de Cristo se ha de establecer corporalmente en esta tierra nuestra; opinión que tuvo, a lo que creo, Papías por haber mal interpretado las explicaciones de los Apóstoles y no haber visto el sentido de lo que ellos decían místicamente en ejemplos. (Papías - 120 d.C.)  

Papías se equivoca también acerca del milenio, y de él procede el error de Ireneo. (Papías - 120 d.C.)  

Dícese que Papías sacó a luz la tradición judaica del reino de mil años. Le siguieron Ireneo y Apolinar y cuantos dicen que, después de la resurrección, reinará el Señor en la carne con los santos. También Tertuliano, en su libro De la esperanza de los fieles, y Victorino Petavense y Lactancio son de esta opinión. (Papías - 120 d.C.)  

Si han tropezado con algunos que se llaman cristianos y no confiesan esto, sino que se abreven a blasfemar del Dios de Abraham y de Isaac y de Jacob, y dicen que no hay resurrección de los muertos, sino que en el momento de morir sus almas son recibidas en el cielo, no los tengan por cristianos... Yo por mi parte, y cuántos son en todo ortodoxos, sabemos que habrá resurrección de los muertos y un periodo de mil años en la Jerusalén reconstruida y hermoseada y dilatada, como lo prometen Ezequiel, Isaías y otros profetas... (Justino Mártir - 160 d.C.)  

Primero habla de aquellos que resucitarán habiendo hecho el bien, para entrar en el reposo; después, de aquellos que resucitarán para ser juzgados; como dice la Escritura en el Génesis: que después de la consumación de este siglo, seguirá el día sexto (Génesis 1:31-2:1), o sea el año 6000; porque éste será el día séptimo, día del descanso, como canta David: «Este es mi reposo, en él entrarán los justos». Este séptimo día es el séptimo milenario (Apocalipsis 20:4-6) en el que reinarán los justos, en el que está prometida la incorrupción… (Ireneo - 180 d.C.)  

Confesamos que nos ha sido prometido un reino aquí abajo aun antes de ir al cielo, pero en otra condición de cosas. Este reino no vendrá sino después de la resurrección, y durará mil años en la ciudad de Jerusalén que ha de ser construida por Dios. Afirmamos que Dios la destina a recibir a los santos después de su resurrección, para darles un descanso con abundancia de todos los bienes espirituales, en compensación de los bienes que hayamos menospreciado o perdido acá abajo. Porque realmente es digno de él y conforme a su justicia que sus servidores encuentren la felicidad en los mismos lugares en los que sufrieron antes por su nombre. He aquí el proceso del reino celestial: después de mil años, durante los cuales se terminará la resurrección de los santos, que tendrá lugar con mayor o menor rapidez según hayan sida pocos o muchos sus méritos, seguirá la destrucción del mundo y la conflagración de todas las cosas. Entonces vendrá el juicio, y cambiados en un abrir y cerrar de ojos en sustancia angélica, es decir, revistiéndonos de un manto de incorruptibilidad, seremos transportados al reino celestial… (Tertuliano - 197 d.C.)



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