He aquí que el día del Señor será como mil años.
Por lo tanto, hijos, en seis días, es decir, en los seis mil años, se
consumarán todas las cosas. Y descansó en el día séptimo. Esto quiere decir:
Cuando venga su hijo y destruya el siglo del inicuo y juzgue a los impíos y
mudare el sol, la luna y las estrellas, entonces descansará de verdad en el día
séptimo. (Bernabé - 150 d.C.)
Entre esas fábulas hay que contar no sé qué
milenario de años que dice ha de venir después de la resurrección de entre los
muertos y que el reino de Cristo se ha de establecer corporalmente en esta
tierra nuestra; opinión que tuvo, a lo que creo, Papías por haber mal
interpretado las explicaciones de los Apóstoles y no haber visto el sentido de
lo que ellos decían místicamente en ejemplos. (Papías - 120 d.C.)
Papías se equivoca también acerca del milenio, y
de él procede el error de Ireneo. (Papías - 120 d.C.)
Dícese que Papías sacó a luz la tradición
judaica del reino de mil años. Le siguieron Ireneo y Apolinar y cuantos dicen
que, después de la resurrección, reinará el Señor en la carne con los santos.
También Tertuliano, en su libro De la esperanza de los fieles, y Victorino
Petavense y Lactancio son de esta opinión. (Papías - 120 d.C.)
Si han tropezado con algunos que se llaman
cristianos y no confiesan esto, sino que se abreven a blasfemar del Dios de
Abraham y de Isaac y de Jacob, y dicen que no hay resurrección de los muertos,
sino que en el momento de morir sus almas son recibidas en el cielo, no los
tengan por cristianos... Yo por mi parte, y cuántos son en todo ortodoxos,
sabemos que habrá resurrección de los muertos y un periodo de mil años en la
Jerusalén reconstruida y hermoseada y dilatada, como lo prometen Ezequiel,
Isaías y otros profetas... (Justino Mártir - 160 d.C.)
Primero habla de aquellos que resucitarán
habiendo hecho el bien, para entrar en el reposo; después, de aquellos que
resucitarán para ser juzgados; como dice la Escritura en el Génesis: que después
de la consumación de este siglo, seguirá el día sexto (Génesis 1:31-2:1), o sea
el año 6000; porque éste será el día séptimo, día del descanso, como canta
David: «Este es mi reposo, en él entrarán los justos». Este séptimo día es el
séptimo milenario (Apocalipsis 20:4-6) en el que reinarán los justos, en el que
está prometida la incorrupción… (Ireneo - 180 d.C.)
Confesamos que nos ha sido prometido un reino aquí
abajo aun antes de ir al cielo, pero en otra condición de cosas. Este reino no
vendrá sino después de la resurrección, y durará mil años en la ciudad de
Jerusalén que ha de ser construida por Dios. Afirmamos que Dios la destina a
recibir a los santos después de su resurrección, para darles un descanso con
abundancia de todos los bienes espirituales, en compensación de los bienes que
hayamos menospreciado o perdido acá abajo. Porque realmente es digno de él y
conforme a su justicia que sus servidores encuentren la felicidad en los mismos
lugares en los que sufrieron antes por su nombre. He aquí el proceso del reino
celestial: después de mil años, durante los cuales se terminará la resurrección
de los santos, que tendrá lugar con mayor o menor rapidez según hayan sida
pocos o muchos sus méritos, seguirá la destrucción del mundo y la conflagración
de todas las cosas. Entonces vendrá el juicio, y cambiados en un abrir y cerrar
de ojos en sustancia angélica, es decir, revistiéndonos de un manto de
incorruptibilidad, seremos transportados al reino celestial… (Tertuliano - 197
d.C.)
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