jueves, 3 de septiembre de 2015

Segunda venida de Cristo


Velen por vuestra vida; procurando que estén ceñidos sus lomos y sus lámparas encendidas, y estén dispuestos, porque no saben la hora en que vendrá el Señor. …Entonces aparecerán las señales de la verdad. Primeramente será desplegada la señal en el cielo, después la de la trompeta, y en tercer lugar la resurrección de los muertos, según se ha dicho: «El Señor vendrá con todos sus santos» ¡Entonces el mundo verá al Señor viniendo en las nubes del cielo! (Didaché - 80-140 d.C.)  

Atiendan, hijos, qué quiere decir lo de: las acabó en seis días. Esto significa que en seis mil años consumará todas las cosas el Señor, pues un día es para Él mil años. Lo cual, Él mismo lo atestigua, diciendo: He aquí que el día del Señor será como mil años. Por lo tanto, hijos, en seis días, es decir, en los seis mil años, se consumarán todas las cosas. Y descansó en el día séptimo. Esto quiere decir: Cuando venga su hijo y destruya el siglo del inicuo y juzgue a los impíos y mudare el sol, la luna y las estrellas, entonces descansará de verdad en el día séptimo. (Bernabé - 150 d.C.)  

Asimismo, vengamos aquí con más frecuencia, y esforcémonos en progresar en los mandamientos del Señor, para que, unánimes, podamos ser reunidos para vida. Porque el Señor ha dicho: Vengo para congregar a todas las naciones, tribus y lenguas. Al decir esto habla del día de su aparición, cuando vendrá a redimirnos, a cada uno según sus obras. Y los no creyentes verán su gloria y su poder, y se quedarán asombrados al ver el reino del mundo entregado a Jesús, y dirán: Ay de nosotros, porque Tú eras, y nosotros no te conocimos y no creímos en Ti; y no obedecimos a los presbíteros cuando nos hablaban de nuestra salvación. Y su gusano no morirá, y su fuego no se apagará, y serán hechos un ejemplo para toda carne. Está hablando del día del juicio, cuando los hombres verán a aquellos que, entre vosotros, han vivido vidas impías y han puesto por obra falsamente los mandamientos de Jesucristo. Pero los justos, habiendo obrado bien y sufrido tormentos y aborrecido los placeres del alma, cuando contemplen a los que han obrado mal y negado a Jesús con sus palabras y con sus hechos, cuando sean castigados con penosos tormentos en un fuego inextinguible, darán gloria a Dios, diciendo: Habrá esperanza para aquel que ha servido a Dios de todo corazón. (Segunda Clemente – 150 d.C.)  

(Cristo) De nuevo vendrá en la gloria como Salvador de todos los que se salvan y como Juez de los que son juzgados, para enviar al fuego eterno a quienes desfiguran su verdad y desprecian a su Padre y su venida. (Ireneo - 180 d.C.) 

(Dios envió) su Hijo Jesucristo, el cual nos rescató de la apostasía mediante su sangre a fin de que fuésemos el pueblo santo el mismo que un día volverá de los cielos con el poder del Padre para juzgar a todos y para dar los bienes divinos a cuantos observen sus mandatos. (Ireneo - 180 d.C.)  

Cristo, «descendió a los lugares inferiores de la tierra» (Efesios 4:9), para ver con sus propios ojos lo que faltaba de completar a la creación, sobre lo cual dijo a sus discípulos: «Muchos profetas y justos desearon ver y oír lo que ustedes ven y oyen» (Mateo 13:17) Cristo descendió no sólo en favor de aquellos que creyeron en tiempos del César Tiberio; ni el Padre pensó de antemano sólo en los seres humanos de hoy, sino en todos los hombres que desde el principio, en su propio origen, temieron y amaron a Dios según sus capacidades, se comportaron con el prójimo con piedad y justicia, y desearon ver a Cristo y escuchar su voz. Por este motivo en su segunda venida despertará del sueño y hará resurgir en primer lugar a éstos, antes de los demás que serán juzgados, para introducirlos en su Reino. (Ireneo - 180 d.C.)  

«Cristo ya no muere, pues la muerte no tiene dominio sobre él» (Romanos 6:9); sino que el Hijo vendrá en la gloria del Padre (Mateo 16:27) para exigir de los administradores el dinero que les entregó para que lo hiciesen producir (Mateo 25:14-30), y a quienes dio más, más les exigirá (Lucas 12:48). (Ireneo - 180 d.C.)  

Cristo, vendrá sobre las nubes (Daniel 7:13), para iniciar el día que será como un fuego ardiente (Malaquías 4:1), herirá la tierra con la Palabra de su boca y con el soplo de sus labios matará a los impíos (Isaías 11:4), tendrá en su mano el bieldo para limpiar su era, recogerá el trigo en el granero y quemará la paja en fuego inextinguible (Mateo 3:12; Lucas 3:17). (Ireneo - 180 d.C.)  

Otros lo vieron en la figura de un Hijo de Hombre que venía sobre las nubes (Daniel 7:13), y dijeron de él: «Verán al que traspasaron» (Zacarías 12:10). Dieron a conocer su venida, como él mismo dice: « ¿Acaso cuando venga el Hijo del Hombre encontrará fe sobre la tierra?» (Lucas 18:8), y Pablo escribe: «Si es justo ante Dios retribuir con aflicción a quienes os afligen, vosotros los afligidos, descansaréis con nosotros cuando del cielo se revele el Señor Jesús junto con los poderosos ángeles en la llama de fuego» (Ireneo - 180 d.C.)  

Por eso el Señor decía a sus discípulos, a fin de prepararnos para ser buenos trabajadores: «Estén alerta siempre y vigilantes en todo momento, para que sus corazones no entorpezcan por comilonas, borracheras y preocupaciones profanas, porque de golpe les puede caer aquel día: pues llegará como un ladrón sobre cuántos habitan en la faz de la tierra» (Lucas 21:34-36). «Tengan ceñidas las cinturas y encendidas las lámparas, como siervos que esperan a su señor» (Lucas 12:35-36). «Así como sucedió en los días de Noé -comían, bebían, compraban, vendían y se casaban, y nada advirtieron hasta que Noé entró en el arca, el diluvio se les vino encima y anegó a todos-, y como sucedió en tiempos de Lot -comían, bebían, compraban, vendían, plantaban y construían; hasta el día en que Lot huyó de Sodoma, llovió fuego del cielo y acabó con todos-, así sucederá el día en que venga el Hijo del Hombre» (Ireneo - 180 d.C.)  

Cuando el Anticristo devastare todas las cosas en este mundo, y hubiese reinado durante tres años y seis meses, sentado en el templo de Jerusalén, entonces el Señor vendrá entre las nubes del cielo en la gloria del Padre (Mateo 16:27). Entonces lo enviará al lago de fuego con sus seguidores (Apocalipsis 19:20), e instaurará el tiempo del reino para los justos, es decir el descanso, el séptimo día santificado, y cumplirá a Abraham la promesa de la herencia. Este es el reino al cual, según la palabra del Señor, muchos vendrán de oriente y occidente, para tomar su lugar junto con Abraham, Isaac y Jacob… (Ireneo - 180 d.C.)

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario