¿No
tenemos un solo Dios y un Cristo y un Espíritu de gracia que fue derramado
sobre nosotros? (Clemente de Roma - 30-100 d.C.)
Porque
tal como Dios vive, y vive el Señor Jesucristo, y el Espíritu Santo, que son la
fe y la esperanza de los elegidos (Clemente de Roma - 30-100 d.C.)
El
Espíritu, pues, descendió según la Economía. Y el Hijo Unigénito de Dios, que
es el Verbo del Padre, una vez llegada la plenitud del tiempo, se encarnó en un
hombre por el hombre y cumplió toda la Economía según su humanidad… (Ireneo - 180
d.C.)
Pues
siempre le están presentes el Verbo y la Sabiduría, el Hijo y el Espíritu, por
medio de los cuales y en los cuales libre y espontáneamente hace todas las
cosas, a los cuales habla diciendo: «Hagamos al hombre a nuestra imagen y
semejanza» (Génesis 1:26): toma de sí mismo la substancia de las creaturas, el
modelo de las cosas hechas y la forma del ornamento del mundo. (Ireneo - 180
d.C.)
Por
eso, como a niños, aquel que era el pan perfecto del Padre se nos dio a sí
mismo como leche, cuando vino a nosotros como un hombre; a fin de que,
nutriendo nuestra carne como de su pecho, mediante esa lactancia nos
acostumbráramos a comer y beber al Verbo de Dios, hasta que fuésemos capaces de
recibir dentro de nosotros el Pan de la inmortalidad, que es el Espíritu del
Padre. (Ireneo - 180 d.C.)
Los
Presbíteros discípulos de los Apóstoles enseñan que este será el orden y
providencia para los que se salvan, así como cuáles son los peldaños por los
cuales se asciende: por el Espíritu subimos al Hijo y por éste al Padre, y el
Hijo al final entregará su obra al Padre… (Ireneo - 180 d.C.)
He
aquí la Regla de nuestra fe, el fundamento del edificio y la base de nuestra
conducta: Dios Padre, increado, ilimitado, invisible, único Dios, creador del
universo. Éste es el primer y principal artículo. El segundo es: el Verbo de
Dios, Hijo de Dios, Jesucristo nuestro Señor, que se ha aparecido a los
profetas según el designio de su profecía y según la economía dispuesta por el
Padre; por medio de Él ha sido creado el universo. Además al fin de los tiempos
para recapitular todas las cosas se hizo hombre entre los hombres, visible y
tangible, para destruir la muerte, para manifestar la vida y restablecer la
comunión entre Dios y el hombre. Y como tercer artículo: el Espíritu Santo por
cuyo poder los profetas han profetizado y los padres han sido instruidos en lo
que concierne a Dios, y los justos han sido guiados por el camino de la
justicia, y que al fin de los tiempos ha sido difundido de un modo nuevo sobre
la humanidad, por toda la tierra, renovando al hombre para Dios. (Ireneo - 180
d.C.)
Y
estando el Hijo en el Padre y el Padre en el Hijo, en unidad y potencia de
espíritu, el Hijo de Dios es inteligencia y Verbo del Padre… Realmente uno no
puede menos de maravillarse al oír llamar ateos a los que admiten a un Dios
Padre, y a un Dios Hijo y a un Espíritu Santo, mostrando su potencia en la
unidad y su distinción en el orden… nos movemos por el solo deseo de llegar a
conocer al Dios verdadero y al Verbo que está en él, cuál es la comunión que
hay entre el Padre y el Hijo, qué cosa sea el Espíritu, cuál sea la unidad de
tan grandes realidades y la distinción entre los así unidos, el Espíritu, el
Hijo y el Padre… (Atenágoras - 177 d.C.)
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