martes, 15 de diciembre de 2015

Antiguo pacto


Todos los que defienden falsas teorías, y movidos por la Ley de Moisés piensan que ésta es diferente y aun contraria a la doctrina del Evangelio, no han puesto empeño en buscar los motivos de las diferencias entre los dos Testamentos… Por nuestra parte, más adelante trataremos sobre el motivo de la diferencia entre los dos Testamentos, y acerca de la unidad y acuerdo entre ambos. (Ireneo - 180 d.C.)  

«El Señor me mandó en aquel momento enseñarles estos preceptos y mandatos» (Deuteronomio 4:14). Por este motivo en el Nuevo Testamento de la libertad abolió los mandamientos que les había dado como en figura para el estado de servidumbre… (Ireneo - 180 d.C.)  

En uno y otro Testamento se trata de la misma justicia en el juicio de Dios; sólo se diferencian en que, en el primero, se expresa en figura, de modo temporal y más limitado, y en el segundo de manera real, verdadero, para siempre y con precisión; pues el fuego es eterno, y del cielo se ha de revelar la cólera de Dios… El castigo será mayor para los que caen en su justicia. De esta manera se amplió también el castigo de aquellos que no creen en la Palabra de Dios… (Ireneo - 180 d.C.)  

Todos los Apóstoles, en efecto, enseñaron que los dos Testamentos corresponden a dos pueblos, mas uno solo y el mismo es Dios que dispuso uno y otro para el bien de la humanidad, ya que dio el primer Testamento a quienes empezaban a creer en Dios, como hemos demostrado en el libro tercero a partir de la doctrina de los Apóstoles. Y no se dio este primer Testamento en vano, ni sin una finalidad, ni al acaso; sino que sometió al servicio de Dios a aquellos a quienes se les dio para su propio provecho, pues Dios no necesita del servicio de los seres humanos. Además, se les dio como una figura de los bienes celestiales, porque los seres humanos aún no eran capaces de soportar a ojo desnudo la visión de las cosas divinas; también prefiguró las realidades de la Iglesia, a fin de que se afirmase nuestra fe; pues llevaba en sí la profecía de los bienes futuros, con el objeto de enseñar al género humano que Dios conoce de antemano todas las cosas. (Ireneo - 180 d.C.)  

(Un crítico pagano del cristianismo) Una última observación se impone: suponiendo que Jesús, en conformidad con los profetas de Dios y de los Judíos, fuese el hijo de Dios, ¿cómo es que el Dios de los Judíos les ordenó, por medio de Moisés, que procurasen las riquezas y el poder, que se multiplicasen hasta llenar la tierra, que masacrasen a sus enemigos sin perdonar siquiera a los niños y exterminar coda la raza, lo que él mismo hace ante sus propios ojos, tal como cuenta Moisés? ¿Por qué los amenaza él, si desobedecieron sus mandamientos, de tratarlos como enemigos declarados, mientras que el Hijo, el Nazareno, formula preceptos completamente opuestos: el rico no tendrá acceso hasta el Padre, ni el que ambiciona el poder, ni el que ama la sabiduría y la gloria; no nos debemos inquietar con las necesidades de subsistencia más que los cuervos; es necesario preocuparnos menos de la vestimenta que los lirios; si os diesen una bofetada es preciso aprestarse a recibir una segunda? ¿Quién miente entonces: Moisés o Jesús? ¿Será que el Padre, cuando envió al Hijo, se olvidó de lo que le había dicho a Moisés? ¿Habrá cambiado de opinión, renegado de sus propias leyes y encargado a su heraldo el promulgar otras completamente contrarias? (Celso, crítico pagano del cristianismo - 178 d.C.)  

El Antiguo Testamento no es «evangelio» (buena nueva), porque no muestra al que había de venir, sino que lo anuncia; en cambio, todo el Nuevo Testamento es evangelio, porque no sólo dice como al comienzo del evangelio: «Aquí está el cordero de Dios, el que quita el pecado del mundo» (Juan 1:29), sino que contiene diversas alabanzas y enseñanzas de aquel por quien el Evangelio es evangelio… (Orígenes - 225 d.C.)  

La antigua alianza sombra de la realidad celeste, que ya está presente en la Iglesia. (Orígenes - 225 d.C.)

  

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario