martes, 15 de diciembre de 2015

Comida


Y lo que Moisés dijo: No comerán cerdo ni águila, ni gavilán ni cuervo, ni pez alguno que no tenga escamas, no es sino que tomó tres símbolos en inteligencia. Por lo demás, se les dice en el Deuteronomio: Y estableceré con este mi pueblo justificaciones. Luego no está el mandamiento del Señor en no comer, sino que Moisés habló en espíritu.
Ahora bien, el cerdo lo dijo por lo siguiente: "No te juntarás—dice—-con hombres tales que son semejantes a los cerdos; es decir, que cuando lo pasan prósperamente, se olvidan del Señor… Tampoco comerás el águila, ni el gavilán, ni el milano, ni el cuervo. No te juntarás—dice—ni te asemejarás a hombres tales, que no saben procurarse el alimento por medio del trabajo y del sudor… (Bernabé - 150 d.C.)  

En conclusión, tomando Moisés tres símbolos sobre los alimentos, así habló en espíritu mas ellos lo entendieron, conforme al deseo de la carne, como si se tratara de la comida. (Bernabé - 150 d.C.)  

Porque algunos, a causa de sus excesos en la comida, acarrean debilidad a la carne, y dañan su carne, mientras que la carne de los que no tienen nada que comer es dañada por no tener suficiente nutrición, y su cuerpo es echado a perder. Este exclusivismo, pues, es perjudicial para vosotros los que tenéis y no compartís con los que tienen necesidad. (Hermas - 150 d.C.)  

… ni observan la superstición de los judíos… Pero, además, sus escrúpulos con respecto a las carnes, y su superstición con referencia al sábado y la vanidad de su circuncisión y el disimulo de sus ayunos y lunas nuevas, yo [no] creo que sea necesario que tú aprendas a través de mí que son ridículas e indignas de consideración alguna. (Epístola a Diogneto - 125-200) 

Porque los cristianos no se distinguen del resto de la humanidad ni en la localidad, ni en el habla, ni en las costumbres. Pero si bien residen en ciudades de griegos y bárbaros, según ha dispuesto la suene de cada uno, y siguen las costumbres nativas en cuanto a alimento… (Epístola a Diogneto - 125-200)  

El alma, cuando es tratada duramente en la cuestión de carnes y bebidas, es mejorada; y lo mismo los cristianos cuando son castigados aumentan en número cada día. (Epístola a Diogneto - 125-200)  

¿Qué han producido que merezca respeto, con su filosofía? ¿Quién de entre los que pasan por los más notables estuvo exento de arrogancia? Diógenes, que con la fanfarronada de su tonel ostentaba su independencia, se comió un pulpo crudo y, atacado de un cólico, murió de intemperancia; Aristipo, paseándose con su manto de púrpura, se entregaba a la disolución con apariencias de gravedad; Platón, con toda su filosofía… (Taciano - 160 d.C.)  

Después del diluvio, Dios estableció un pacto de alianza con el mundo entero… Y cambió de alimento a los hombres, dándoles orden de comer carne, pues a partir de la primera criatura, Adán, hasta el diluvio, los hombres se alimentaban de solos granos y frutos de árboles; pero el alimento de la carne no les estaba permitido. (Ireneo - 180 d.C.)  

Alcibíades, uno de los mártires, llevaba una vida dura y mortificada, vivía sólo de pan y agua. Como en la cárcel quisiera seguir el mismo régimen, después de ser expuestos por primera vez en el anfiteatro, le fue revelado a Atalo que Alcibíades no obraba bien en no querer usar de las criaturas de Dios, y porque era ocasión de escándalo para los demás. Al punto obedeció Alcibíades, y en adelante usó sin distinción de todos los alimentos, dando gracias al Señor. La gracia divina no dejo de asistirlos, siendo su guía y consejero el Espíritu Santo." (Los mártires de Lyon - 177 d.C.)  

Los cristianos no comemos sangre de animales, ni mortecinos… porque se persuaden con certeza que el cristiano que come sangre se desvía de su ley. (Tertuliano - 197 d.C.)  

…no es de provecho la hartura del cuerpo cuando el espíritu padece hambre. (Tertuliano - 197 d.C.)  

Por esto mismo, para que aumenten sus fuerzas, a los atletas se los pone también aparte, y se los aleja de los placeres sensuales, de las comidas delicadas y de las bebidas enervantes. Los violentan, los mortifican y los fatigan porque cuanto más se hubieran ejercitado, tantos más seguros estarán de la victoria. Y éstos, según el Apóstol, lo hacen para conseguir una corona perecedera, mientras que ustedes para alcanzar una eterna… (Tertuliano - 197 d.C.)  

¿Cuándo aprenderá la templanza el que ya está acostumbrado a las buenas cenas y a los grandes banquetes? (Cipriano - 250 d.C.)

 

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