miércoles, 16 de diciembre de 2015

Sermón del Monte


He aquí la doctrina contenida en estas palabras: Bendigan a los que los maldicen, oren por sus enemigos, ayunen por los que los persiguen. Si aman a los que les aman, ¿qué gratitud merecerán? Lo mismo hacen los paganos. Al contrario, amen a los que los odian, y no tendrán ya enemigos. Absténganse de los deseos carnales y mundanos. Si alguien te abofeteare en la mejilla derecha, vuélvele también la otra, y entonces serás perfecto. Si alguien te pidiere que le acompañes una milla, ve con él dos. Si alguien quisiere tomar tu capa, déjale también la túnica. Si alguno se apropia de algo que te pertenezca, no se lo vuelvas a pedir, porque no puedes hacerlo. Debes dar a cualquiera que te pida, y no reclamar nada, puesto que el Padre quiere que los bienes recibidos de su propia gracia, sean distribuidos entre todos. Dichoso aquel que da conforme al mandamiento; el tal, será sin falta. Desdichado del que reciba. Si alguno recibe algo estando en la necesidad, no se hace acreedor a reproche ninguno; pero aquel que acepta alguna cosa sin necesitarlo, dará cuenta de lo que ha recibido y del uso que ha hecho de la limosna. Encarcelado, sufrirá interrogatorio por sus actos, y no será liberado hasta que haya pasado el último centavo. (Didaché - 80-140 d.C.)  

Sus palabras sobre el ejercicio de la paciencia, y sobre el estar prontos a servir y ajenos a la ira, son éstas: a quien te golpee en una mejilla, preséntale la otra, y a quien quiera quitarte la túnica o el manto, no se lo impidas (Lucas 6:29). Mas quienquiera que se irrite, es reo del fuego (Mateo 5:22) A quien te contrate para una milla, acompáñale dos (Mateo 5:41). Brillen, pues, vuestras obras delante de los hombres, para que viéndolas admiren a vuestro Padre que está en los cielos (Mateo 5:16). No debemos, pues, ofrecer resistencia. (Justino Mártir - 160 d.C.)  

…usando la enseñanza del Señor: según su palabra, no sólo serán echados de su presencia quienes pequen, sino también quienes quieran pecar (Mateo 5:25-28). No sólo el que asesina merecerá el castigo del asesino, sino también aquel que, sin motivo, se enoje contra su hermano (Mateo 5:21-22). No sólo prohibió odiar a los demás, sino que ordenó amar a los enemigos (Mateo 5:43-44). No únicamente vetó hablar mal del prójimo, sino que mandó no llamar al otro vacío o estúpido, bajo pena de caer en el fuego de la gehena (Mateo 5:22). No sólo enseñó no golpear a otro, sino que, si alguien nos pega, a presentarle la otra mejilla (Mateo 5:39). No se limitó a disponer que no hemos de robar lo ajeno, sino también a no reclamarle al otro que nos ha quitado lo nuestro (Mateo 5:40); y no únicamente prohibió hacer el mal o herir al prójimo, sino que mandó hacer el bien con generosidad a quienes nos tratan mal y orar por ellos para que se conviertan y se salven (Mateo 5:44): no hemos de imitar, pues, a los otros en las ofensas, los apetitos y el orgullo. (Ireneo - 180 d.C.)  

Cristo «Se dijo a los antiguos: No cometerás adulterio. Pero yo les digo: todo aquel que viere a una mujer para desearla, ya ha cometido adulterio con ella en su corazón» (Mateo 5:27-28). Y añadió: «Se ha dicho: No matarás. Pero yo les digo: todo el que sin motivo se enoje contra su hermano, es reo de juicio» (Mateo 5:21-22). Y: «Se ha dicho: No perjurarás. Pero yo les digo que no debéis jurar en absoluto. Que vuestras palabras sean: Sí, sí, y no, no» (Mateo 5:33-34.7). Y otras cosas parecidas. (Ireneo - 180 d.C.)

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