Los
nicolaítas tienen como maestro a un cierto Nicolás, uno de los primeros siete
diáconos ordenados por los Apóstoles (Hechos 6:5-6). Estos viven laxamente. El
Apocalipsis de Juan expone ampliamente quiénes son. Enseñan que no hay
dificultad alguna en fornicar y en el comer las carnes ofrecidas a los dioses
(Apocalipsis 2:14-15). Por eso dice de ellos la Palabra: «Tienes en tu favor
haber odiado las acciones de los nicolaítas que yo también odio» (Apocalipsis 2:6).
(Ireneo - 180 d.C.)
Juan,
el discípulo del Señor, predicó la misma fe, pues con su Evangelio quiso
erradicar [880] el error sembrado entre muchas personas por Cerinto, y mucho
antes que él, por los llamados nicolaítas (los cuales son una versión de la
falsamente llamada gnosis), a fin de confundirlos y probarles que hay sólo un
Dios que creó todo por medio de su Verbo. (Ireneo - 180 d.C.)
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